La Sirena necesitaba redefinir su posicionamiento y experiencia de compra para responder a las nuevas necesidades del consumidor. La evolución en la forma de cocinar y comer llevó a un cambio de enfoque, buscando un equilibrio entre funcionalidad y pasión por la cocina. Un proyecto global que requería replantear la imagen y definición de marca, la arquitectura de porfolio y la experiencia en tienda.

Modernizamos la marca con una nueva gama cromática, una tipografía actualizada y un icono más estilizado, eliminando la connotación de supermercado. Uno de los puntos clave era establecer un diálogo continuo entre el packaging y la experiencia en retail. Naturalizamos el punto de venta, trasladando la nueva gama cromática al interiorismo e incluimos materiales cálidos (madera, bambú o cerámica) junto a un pavimento inspirado en las escamas de pez, que es al mismo tiempo un sutil guiño a las baldosas modernistas hidráulicas. La propuesta reestructuró completamente los espacios, generando una experiencia de compra más fluida y agradable.

El nuevo ecosistema pone al cliente en el centro, ofreciendo un planteamiento flexible para atraer tanto al consumidor habitual como a un público más joven. Definimos nuevas categorías determinadas en función de la propia definición del target, concretadas en plataformas convencionales como Kids o Premium y a través de nuevos universos como Los Imprescindibles o Listísimos. Cada categoría cuenta con un universo gráfico y con un tono de marca propios, partiendo siempre de las necesidades del consumidor. Era fundamental acercar los productos a cada estilo de vida para revalorizarlos y mejorar su percepción.